31 de diciembre de 2013

Últimas noticias de nuestro mundo, Alejandro Gándara


—Tengo que salir de la habitación.

Sus tacones resonaron como si marcase el paso sobre el suelo de madera, dejando una constancia marcial de que se iba.

—A un relato hay que preguntarle para qué, Anja —dijo el hombre delgado, una piel que parecía haber ido perdiendo su vitalidad pegada a los huesos, y unos ojos oscuros dentro de cavernas que siguieron a la exbailarina hasta el final—. Para qué se cuenta de esa manera. Para convencer a los otros es desde luego una posibilidad: la más peligrosa en nuestro oficio. Empieza en la desidia y termina en la desconfianza, un mundo inexplorado... Para convencerse a uno mismo es otra posibilidad.

*

Anagrama, 2001


PD de aplicación práctica de este pasaje gandariano. Puesto que el presidente del Gobierno solo ha concedido 1 o 2 ruedas de prensa con libertad para preguntar en 2013, los 50 minutos que habló el pasado 27 de diciembre adquieren una relevancia trascendental. Ese escaso flujo de palabras, además de su relato sobre lo que ha pasado durante este año, es también su manera de contarse a sí mismo.  Fondo y forma, vaya.

Por tanto, podríamos aplicarle con toda tranquilidad las dos preguntas gandarianas:


Podríamos ir tema por tema: independentismo catalán, nueva subida de la luz, etc. Con todo, me quedo con la ley antiaborto que el ministro de justicia ha parido hace nada (él pare, el decide). En ese tema, y ante lo elusivo de nuestro siempre resbaladizo presidente —incapaz de contestar con claridad a nada cuando se lo propone—, yo me pregunto lo mismo de antes: ¿para qué contó y por qué contó como contó lo del aborto Rajoy?

Las respuestas, como diría Dylan, están flotando en el aire (de tan obvias como son). Ahora bien: si alguien necesita contexto, puede ver esta intervención televisiva de Rajoy en 2009 (entonces candidato) También este otro vídeo donde hablan algunas personas que responden a los intereses que Rajoy, Gallardón, Mayor Oreja, Fernández Díaz o Ana Botella defienden.

Recomendación para 2014: Conserve el lector en mente esas dos preguntas: ¿para qué me cuentan lo que me cuentan? y ¿para qué me lo cuentan del modo en que me lo están contando? Lo mismo sirven para lidiar con la literatura que con la retórica corporativa, económica o política. Muy útiles para pensar, digo.

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