30 de marzo de 2009

Joan Margarit



Entrevista de Pepa Fernández con Joan Margarit en No es un día cualquiera, de Radio Nacional de España.

. Página web de Joan Margarit.
. Noticia sobre el Premio Nacional de Poesía 2008.
. Poemas en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
. Nuevas cartas a un joven poeta, Joan Margarit (Editorial Barril & Barral).

29 de marzo de 2009

John Berger

No creo que el problema sea que tengamos una memoria frágil, sino la enorme presión que sufrimos para seleccionar nuestros recuerdos, para olvidar deliberadamente unas cosas y recordar otras. Vivimos en una cultura que dice que el mercado manda, que si no compras no cuentas, que los pobres son prescindibles. Si vives en un país que dice eso, y esto es un fenómeno nuevo, hay una presión enorme para olvidar las cosas (...) A veces, la gente trata de olvidar sus heridas; otras las recordamos, reconocemos que son nuestras, que nos enseñaron cosas diferentes a unos y a otros... Y así, creo yo, llegamos al entendimiento cabal de lo que es la vida, una mezcla de dolores y alegrías.

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Jonh Berger citado por María Tena en «El armario infinito. Herramientas para o escritores memoriosos», ensayo contenido en Escritura Creativa: cuaderno de ideas (Editorial Fuentetaja, Madrid 2007).

27 de marzo de 2009

Eloy Tizón

Pero estos casos [se refiere al cuento Velocidad de los jardines] son raros. Lo normal, para mí, es el trabajo constante, el esfuerzo sostenido y cotidiano, la corrección infinita, la paciente espera de que un minuto de gracia aparezca y me ilumine. Instantes así lo justifican todo. Claro que para que ese resplandor se produzca hace falta mucho trabajo previo y romper muchos papeles.

Tenía escrito un libro de cuentos y me faltaba el último, la pieza final del puzzle, el que intuía que sería el decisivo, el que confiaba en que daría sentido y unidad a todo el conjunto.
«Velocidad de los jardines» lo escribí con rapidez, es cierto, pero es que el tema me perseguía desde hacía años.

Es raro: yo sabía que tarde o temprano escribiría un cuento sobre estudiantes, igual que otros saben que heredarán un álbum de sellos. Tenía listos los decorados —un instituto de barrio—; tenía el argumento (basado en una anécdota autobiográfica); tenía el sentimiento (de pérdida) que quería reflejar; y por último tenía lo que siempre me ha acompañado durante toda mi vida como una sombra, desde que tengo uso de razón, y ha determinado en gran medida que me dedique a escribir: la obsesión por el tiempo y lo irreversible de su transcurso y la pregunta de si existe alguna manera, la que sea, por irracional que parezca, de detenerlo en la prosa; de congelar los relojes. Es decir, que lo tenía todo... Todo, excepto el cuento.

Lo único que me faltaba era encontrar el tono adecuado con que escribirlo, ni muy serio ni demasiado cómico. Tuve suerte, he de admitirlo. Un día, por azar, encontré el tono. Encontré mi voz. Agridulce. Un tono de voz agridulce, envuelto en poesía, hecho a partes iguales de humor, tristeza y ternura. En esa voz me reconocí, reconocí mi voz, reconocí mi mundo, desde entonces tengo voz y puedo hablar y escribir y dirigirme al mundo y estar aquí con vosotros y a partir de ese momento me he dedicado a explorar y ampliar sus posibilidades fonográficas. Todos mis libros son la historia de una voz, la autobiografía de una mirada. Todas las historias que he escrito tratan, en mayor o menor medida, sobre la orfandad del ser humano

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Fragmento extraído del ensayo «Velocidad de los cuentos», contenido en El arquero inmóvil: nuevas poéticas sobre el cuento (Páginas de Espuma, Madrid 2006). Edición de Eduardo Becerra.


6 de marzo de 2009

451 Editores

Hace unas semanas entrevisté a Javier Azpeitia para el n.º de marzo de Vulture. Por desgracia, la revista ha caído bajo la rueda de la recesión económica, y la charla con el director de 451 Editores no ha salido en papel, sólo en versión electrónica. Aunque Vulture seguirá maquetándose para la versión html, a partir de ahora sólo podrá leerse en internet. Una lástima, pero es que desde hace meses nadie gasta un euro en publicidad. En fin, ojalá que Maxi y Fernando, los jefes de la nave vulturoide, puedan capear este temporal y salir adelante. Un abrazo desde aquí para ambos.

Como siempre, cuelgo aquí en el blog el texto de la entrevista. Abajo del todo hay un pequeño directorio con las otras cinco charlas que he mantenido con otros tantos editores.

. Entrevista en versión html (página 27): clic aquí.
. Versión en pdf (en trámite, paciencia).


JAVIER AZPEITIA, DIRECTOR DE 451 EDITORES

«Hay que abrir nuevas puertas para que entren más lectores en el laberinto de la literatura»

Según Ray Bradbury, 451 ºF era la temperatura a la que ardían los libros. Desde 2007 es también un código literario para quienes buscan una manera diferente de entender la edición.

Rubén A. Arribas


—El inmovilismo editorial hace que no aumente el número de lectores. En este momento, quienes más están consiguiendo que aumente son los que publican best sellers... Los lectores están en sus manos. El problema es que no buscamos formas alternativas a esta para acercar la literatura a la gente.

Filólogo, novelista reconocido y ex subdirector de Lengua de Trapo, Javier Azpeitia (Madrid, 1962) insiste durante la conversación en un concepto: la «edición activa». Según el responsable de 451 Editores, el editor literario debe ser creativo y no esperar en el despacho a que le lleguen los manuscritos; su reto consiste en inventar colecciones arriesgadas y en generar movimiento entre los autores convocándolos a escribir sobre propuestas novedosas. Así, con frescura, generando redes de contactos y ofreciendo nuevas maneras manera de acercar la literatura, es posible ganar lectores.

El catálogo de 451 es coherente con esta idea. De las cuatro colecciones que maneja por ahora, una, (451.http://), responde al patrón clásico esperable para la narrativa y el ensayo, y las otras tres se centran más en ese concepto de edición activa. Así, una está dedicada a los ensayos ilustrados (451.jpg), otra a las antologías temáticas ilustradas (451.zip) y la tercera, a las versiones de obras consagradas (451.Re: make). Esta última quizá sea la más singular, pues funciona como una especie de jam session donde por ejemplo Rafael Reig, Antonio Orejudo y Luisge Martín comparten libro para versionear el Mío Cid; o donde Luisa Castro, Isaac Rosa y Andrés Barba hacen lo propio con tragedias de Shakespeare. Con razón, los libreros se quejan cada tanto a la editorial porque no saben dónde colocar alguno de sus títulos.

—Este tipo de colecciones, además de aportar algo que no había en el mercado, demuestra un compromiso con la búsqueda de ideas para fomentar la lectura... Lo importante es que la gente llegue a la literatura, sea a través de un best seller, la alta literatura o un remake. Hay que abrir nuevas puertas para que entren más lectores en el laberinto de la literatura.

Además de tentar al público con propuestas innovadoras, Azpeitia también se propone cumplir con el oficio tradicional del editor: descubrir autores. De ahí que haya publicado Operación masacre, de Rodolfo Walsh —un clásico en la Argentina pero inédito en España hasta 2008— o que intente ver si cuajan los sub30 españoles Julio Fajardo, Eider Rodríguez y Aixa de la Cruz. La filosofía no puede estar más clara:

—Intentamos atraer autores de cierta trayectoria, pero estamos abiertos a publicar a cualquier escritor nuevo de calidad. No estamos cerrados a nada.

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Tres libros para conocer 451 Editores

Seres alados, de Daniel Samoilovich. Seres alados aúna literatura e ilustración a partes iguales. Así, un buitre de madera tallado por el artista uruguayo Joaquín Torres García acompaña a las palabras que Marco Polo, Hesíodo o Plutarco dijeron sobre ese ave. Y una foto de Nabokov cazando mariposas —que ilustra un fragmento de Habla, memoria— comparte doble página con un poema de Emily Dickinson, la famosa referencia de Borges al sueño de Chuan-Tzu o un subrayado del Diccionario de demonología, de Frederik Koning. Para Javier Azpeitia, este libro representa la apuesta más clara de 451 Editores por acercar la literatura de un modo distinto a la gente.

Libro de huelgas, revueltas y revoluciones, Constantino Bértolo. Este libro de libros muestra «un panorama histórico del movimiento emancipador». Empieza en la rebelión de Lucifer y llega hasta la revuelta de los antiglobalización, y entre medias recorre las revoluciones inglesa, francesa, mexicana o soviética. Para dar cuenta de ese panorama, el autor toma fragmentos ad hoc de escritores tan dispares como Mark Twain, Stefan Zweig o Sofía Casanova y los ilustra con cuadros alusivos de Haydon, Jacques-Louis David y Brodski. El resultado es un libro coral que invita a continuar el diálogo histórico-pictórico-literario en otros libros. (Entrevista en Teína con Constantino Bértolo).

Los guardianes durmientes, Luis Rodríguez Rivera. Una novela de hechura clásica para quienes gusten de la ciencia ficción y disfruten de que les cuenten una historia. La de este libro va de que a finales del siglo XXI el mundo lo dominan dos corporaciones farmacéuticas que se alternan en el poder, y que han conseguido que los robots controlen a los humanos y que la vida sea puro simulacro baudrilleriano. Por suerte, un hombre y una mujer portan en su cabeza de manera involuntaria la fórmula para que la Resistencia regenere los destrozos causados por el capitalismo salvaje.

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Más entrevistas en Vulture con editores españoles:
Versión extendida en Teína: